“… el pensamiento, a fin de cuentas, ya por otros, o por él mismo, fue dicho, es como un grueso ovillo de hilo enrollado sobre sí mismo, flojo en unos puntos, en otros apretado hasta la sofocación y el estrangulamiento, está aquí dentro de la cabeza, pero es imposible conocer su extensión toda, pues habría que desenrollarlo, extenderlo, y al fin medirlo
pero esto, por más que se intente o se finja intentar, parece que no lo puede hacer uno mismo sin ayudas, que alguien tiene que venir un día a decir por dónde se debe cortar el cordón que liga al hombre a su ombligo, atar el pensamiento a su causa”
* 𝘑𝘰𝘴é 𝘚𝘢𝘳𝘢𝘮𝘢𝘨𝘰, 𝘌𝘭 𝘌𝘷𝘢𝘯𝘨𝘦𝘭𝘪𝘰 𝘴𝘦𝘨ú𝘯 𝘑𝘦𝘴𝘶𝘤𝘳𝘪𝘴𝘵𝘰
𝐕𝐢𝐚𝐣𝐚𝐫 𝐩𝐨𝐫 𝐮𝐧𝐨 𝐦𝐢𝐬𝐦𝐨, 𝐥𝐚 𝐦𝐚𝐲𝐨𝐫 𝐝𝐞 𝐥𝐚𝐬 𝐚𝐯𝐞𝐧𝐭𝐮𝐫𝐚𝐬 𝐩𝐨𝐬𝐢𝐛𝐥𝐞𝐬.
𝐏𝐬𝐢𝐜𝐨𝐞𝐧𝐭𝐮𝐫𝐚 𝐞𝐬 𝐥𝐚 𝐩𝐫𝐨𝐩𝐮𝐞𝐬𝐭𝐚

Comments