Hoy me desperté y se me vino este poema de Girondo, me remonta a sensaciones de juventud atribulada, libre, profunda, de amor, de escepticismo, de intensidades con las que no sabía mucho qué hacer, ni cómo.
Vibro en la misma frecuencia de alma que expande y va por más, con los costos que vivir jugada al compromiso de ser una misma siempre trae, pero de eso se trata, sino para qué?
GRATITUD
Gracias aroma
azul,
fogata
encelo.
Gracias pelo caballo mandarino.
Gracias pudor turquesa embrujo vela, llamarada quietud azar delirio.
Gracias a los racimos
a la tarde,
a la sed
al fervor
a las arrugas,
al silencio
a los senos
a la noche,
a la danza
a la lumbre
a la espesura.
Muchas gracias al humo
a los microbios,
al despertar
al cuerno
a la belleza,
a la esponja
a la duda
a la semilla,
a la sangre
a los toros
a la siesta.
Gracias a la ebriedad, por la vagancia, por el aire la piel las alamedas, por el absurdo de hoy y de mañana, desazón avidez calma alegría, nostalgia desamor ceniza llanto.
Gracias a lo que nace,
a lo que muere,
a las uñas
las alas
las hormigas,
los reflejos
el viento
la rompiente,
el olvido
los granos
la locura.
Muchas gracias gusano.
Gracias huevo.
Gracias fango,
sonido.
Gracias piedra. Muchas gracias por todo. Muchas gracias. Oliverio Girondo, agradecido.
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