"𝘓𝘰𝘴 𝘰𝘫𝘰𝘴 𝘥𝘦 𝘭𝘢 𝘐𝘯𝘥𝘪𝘢 𝘴𝘰𝘯 𝘯𝘦𝘨𝘳𝘰𝘴, 𝘥𝘶𝘦𝘭𝘦𝘯 𝘥𝘦 𝘯𝘦𝘨𝘳𝘰𝘴, 𝘤𝘰𝘯 𝘶𝘯 𝘯𝘦𝘨𝘳𝘰𝘳 𝘲𝘶𝘦 𝘢 𝘷𝘦𝘤𝘦𝘴 𝘴𝘦 𝘥𝘦𝘳𝘳𝘢𝘮𝘢 𝘺 𝘴𝘶𝘨𝘪𝘦𝘳𝘦 𝘭á𝘨𝘳𝘪𝘮𝘢𝘴. 𝘗𝘦𝘳𝘰 𝘴𝘰𝘯 𝘤𝘭𝘢𝘳𝘰𝘴, 𝘵𝘪𝘦𝘯𝘦𝘯 𝘤𝘭𝘢𝘳𝘪𝘥𝘢𝘥, 𝘭𝘶𝘻 𝘪𝘯𝘵𝘦𝘳𝘯𝘢, 𝘺 𝘴𝘰𝘯 𝘵𝘳𝘢𝘯𝘴𝘱𝘢𝘳𝘦𝘯𝘵𝘦𝘴. 𝘔𝘪𝘳𝘢𝘯 𝘢𝘤𝘵𝘪𝘷𝘢𝘮𝘦𝘯𝘵𝘦, 𝘤𝘰𝘯 𝘤𝘶𝘳𝘪𝘰𝘴𝘪𝘥𝘢𝘥 𝘧𝘳𝘦𝘯𝘢𝘥𝘢, 𝘢𝘤𝘶𝘴𝘢𝘯 𝘳𝘦𝘤𝘪𝘣𝘰 𝘥𝘦 𝘭𝘢 𝘪𝘮𝘢𝘨𝘦𝘯 𝘲𝘶𝘦 𝘭𝘦𝘴 𝘭𝘭𝘦𝘨𝘢 𝘺 —𝘦𝘯 𝘷𝘰𝘻 𝘣𝘢𝘫𝘢, 𝘴𝘰𝘭𝘰 𝘱𝘢𝘳𝘢 𝘴í 𝘮𝘪𝘴𝘮𝘰𝘴— 𝘩𝘢𝘤𝘦𝘯 𝘭𝘰𝘴 𝘤𝘰𝘮𝘦𝘯𝘵𝘢𝘳𝘪𝘰𝘴; 𝘺 𝘦𝘴𝘰 𝘩𝘢𝘤𝘦 𝘱𝘢𝘴𝘢𝘳 𝘭𝘢 𝘤𝘰𝘳𝘳𝘪𝘦𝘯𝘵𝘦 𝘥𝘦 𝘭𝘢 𝘤𝘰𝘮𝘱𝘳𝘦𝘯𝘴𝘪ó𝘯. 𝘗𝘰𝘳 𝘦𝘴𝘰 𝘯𝘰 𝘴𝘦 𝘦𝘴𝘵á 𝘴𝘰𝘭𝘰 𝘦𝘯𝘵𝘳𝘦 𝘭𝘢 𝘮𝘶𝘤𝘩𝘦𝘥𝘶𝘮𝘣𝘳𝘦 𝘪𝘯𝘤𝘳𝘦í𝘣𝘭𝘦 𝘥𝘦 𝘭𝘢 𝘤𝘢𝘭𝘭𝘦 𝘪𝘯𝘥𝘪𝘢.
𝘓𝘰𝘴 𝘰𝘫𝘰𝘴 𝘴𝘪𝘦𝘮𝘱𝘳𝘦 𝘦𝘯𝘤𝘶𝘦𝘯𝘵𝘳𝘢𝘯 𝘳𝘦𝘴𝘱𝘶𝘦𝘴𝘵𝘢, 𝘺 —𝘩𝘢𝘺 𝘲𝘶𝘦 𝘥𝘦𝘤𝘪𝘳𝘭𝘰— 𝘦𝘴𝘵𝘢 𝘦𝘴 𝘢𝘮𝘪𝘴𝘵𝘰𝘴𝘢".
"La vida india me parece organizada desde esa aceptación y reconocimiento. Tomar la realidad «tal como es»: este podría ser su lema, al menos como se me presenta dibujado en los rostros. Unos rostros apacibles, amistosos, serenos, en increíble proporción y en todas las clases sociales. Unos rostros verdaderamente «humanos», ni animales ni mecánicos, sin hosquedad, sin desconfianza, sin avidez, sin prisa. El indio parece «instalado», donde quiera que esté. Hasta el que duerme, no ya al borde de un camino, bajo un árbol lleno de monos y pájaros verdes, sino en la dura acera de la gran ciudad, sobre la piedra de un parapeto, bajo un puente, aquel cuya suerte nos oprime el corazón, da una extraña impresión de calma y, si me atrevo a decirlo, bienestar. El indio, que tantas veces no tiene casa, parece estar siempre «en casa»."
Pasaje de: "Imagen de la India", Julián Marías.
Hallazgo encontrado en Scribd, aplicación que me tiene conquistada, con unos clicks aventurados voy llegando a lugares interesantísimos.
Me encantó que este filósofo, que leí cuando estaba en la facultad, me apareciera, tantos años después, contando tan lindo sobre India♥️
📸@marianitaguerrero, India 2020
