Se pueden prestar las lágrimas?
Donarlas, regalarlas para que quienes no lloran tengan la experiencia de esa humedad saladita corriéndoles por la cara,
empañándoles la mirada, aflojándoles todo el cuerpo.
Nunca les dije a mis hijos "los hombres no lloran",
cómo habría de hacerlo?, con lo lindo que es llorar.
Se impone poesía de vivir presente,
tiempos de vuelos que nos convocan más allá
de cualquier razón posible...
dificilísimo, inspirador.
* Malabares Existenciales, 2017
Marc Chagall
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