"Nada podía hacerse ahora. Si el broche estaba ahí, ahí seguiría al día siguiente, le dijeron para calmarla, pero Minta no dejó de sollozar mientras ascendían de nuevo hasta la cima del acantilado. Era el broche de su abuela; no le habría importado nada perder cualquier otra cosa, pero, aunque de verdad le importaba haberlo perdido, en el fondo, no lloraba solo por el broche, había algo más. Quizá deberían sentarse todos, y quedarse llorando, pensaba. Pero no sabía por qué llorar." . "Al faro" Virginia Woolf
Playa Quemada, Lanzarote
junio 2mil19
momento eterno
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